El Fairmont Empress, un ícono de Victoria, Canadá, es una experiencia inmersiva en la historia y la belleza de la costa oeste. Ubicado a orillas del puerto Inner Harbour, su majestuosa arquitectura Edwardiana y su rica tradición lo convierten en un destino de lujo atemporal, donde el pasado se fusiona con el presente de manera impecable.

El hotel, inaugurado en 1908, se ha ganado el cariño y el respeto de viajeros de todo el mundo. Su construcción fue impulsada por el auge del comercio y el turismo en la región, especialmente tras la finalización de la Canadian Pacific Railway en 1886, que facilitó la llegada de turistas a la ciudad. Diseñado por el arquitecto Francis Rattenbury, también responsable del emblemático Legislative Assembly Building de Columbia Británica, el Fairmont Empress fue concebido para reflejar la opulencia y modernidad de la época. Desde sus primeros días, se convirtió en un refugio para la élite de la sociedad, incluidos miembros de la realeza británica y figuras de alto perfil que se alojaban allí mientras disfrutaban de la serenidad de la costa oeste. 

La estructura del hotel, con su impresionante fachada de ladrillos rojos, los altos techos y los detalles ornamentales, evoca una sensación de grandeza, mientras que las modernas comodidades aseguran una estancia placentera y relajante. En sus primeros años, el hotel fue también un punto de encuentro para figuras históricas, incluidos oficiales y soldados durante la Primera Guerra Mundial, quienes se alojaron allí antes de embarcarse hacia el frente.

Al ingresar al Fairmont Empress, la primera impresión es la de un palacio que, con su arquitectura imponente, parece haber detenido el tiempo. La vista al puerto desde el vestíbulo es simplemente impresionante, ofreciendo un espectáculo visual que cambia con las estaciones: desde las neblinas suaves del invierno hasta los vibrantes colores del verano. Cada rincón de este lugar está impregnado de un aire de elegancia clásica, pero también de una calidez acogedora que invita a los huéspedes a sentirse como en casa.

Las habitaciones del hotel son refugios de comodidad. Con una mezcla de lujo contemporáneo y detalles históricos, las camas de tamaño king y los ventanales que dejan entrar la luz natural hacen que cada mañana sea un placer. Algunos cuartos ofrecen vistas privilegiadas del puerto o los jardines, y las suites más lujosas cuentan con toques de lujo adicionales como chimeneas y terrazas privadas.

Una de las joyas del Fairmont Empress es su restaurante The Veranda, que combina vistas al puerto con una carta de cocina local moderna, donde los productos frescos de la isla Vancouver se sirven con un toque gourmet. El Afternoon Tea es otra tradición del hotel, donde se sirve té acompañado de exquisitos scones, tartas y finger sandwiches, todo en un ambiente que evoca el refinamiento de épocas pasadas. Es, sin duda, una experiencia que captura la esencia de la hospitalidad británica.

Para los amantes de la historia y la cultura, el hotel está perfectamente ubicado para explorar la ciudad. A poca distancia a pie se encuentran algunos de los principales atractivos de Victoria, como el Museo Real de Columbia Británica, los Jardines Butchart y el histórico Empress Theatre. Sin embargo, no hace falta salir del hotel para sumergirse en la cultura local: la arquitectura y el ambiente interior cuentan su propia historia, narrando el legado de una ciudad que ha sido un punto de encuentro de culturas a lo largo de los siglos.

FAIRMONT EMPRESS
W. fairmont.com

APASIONADA DEL BUEN VIVIR