Desde prácticamente sus orígenes Citroën ha buscado salir de calles y carreteras para conquistar nuevos terrenos, sin olvidar la fiabilidad y el confort a toda prueba que se han convertido en sus señas de identidad, una vocación aventurera que está muy presente en los SUV del Doble Chevrón. Una saga de modelos innovadores y legendarios que culminan, de momento, en los Nuevos Citroën C3 Aircross y Citroën C5 Aircross que, además cuentan y contarán con versiones electrificadas de altas prestaciones tanto en tecnologías 100% eléctricas como en híbridas enchufables (Plug-In Hybrid PHEV) y no enchufables (Hybrid MHEV).

En 1922, sólo tres años después de la fundación de la marca, Citroën aceptaba el reto de atravesar el Sahara en automóvil por primera vez. Para André Citroën, lanzarse a realizar hazañas y cruzar tierras vírgenes era el mejor modo de afianzar su imagen y de dotar de un aura de imbatibilidad a su gama de vehículos. Para lograr ese objetivo, atravesar el gran desierto de arena era el lugar idóneo.

Con el fin de asegurar su éxito y adaptarse a la perfección a las condiciones más difíciles, André Citroën contrató a Adolphe Kegresse, un ingeniero militar francés que había estado al servicio del Zar de Rusia y que había patentado un sistema que convertía a los vehículos en semiorugas capaces de enfrentarse sin problemas a las condiciones de la estepa.

Este recorrido de ida y vuelta a través de una de las zonas desérticas más extensas del mundo generó un fuerte impacto. Pronto, empezó a acariciar una meta aún más ambiciosa: la proeza técnica de cruzar toda África en automóvil. El Crucero Negro logró su objetivo en el verano de 1925. André Citroën subió aún más el listón para poner en marcha el Crucero Amarillo, el desafío de atravesar Asia, pasando por regiones tan extremas como el Himalaya o el Desierto del Gobi. Una expedición que entró, en Pekín y en la leyenda, el 12 de febrero de 1932, tras más de 12.000 kilómetros de aventuras y penalidades.

Parte de esta experiencia fue muy útil en el desarrollo del Citroën 2CV, que nació. con la idea inicial de ser un vehículo eminentemente rural, que permitiera cruzar un campo sembrado con una cesta de huevos sin que ninguno de ellos se rompiera. Toda una declaración de intenciones SUV. De la mano del 2 CV, se emprendieron desafíos como la “Vuelta al Mediterráneo”, en 1952. A lo largo de los 50 y 60, se sucedieron viajes a Tokio pasando por la India, la travesía de América de Alaska a Tierra del Fuego y, en 1960, la primera Vuelta al Mundo.

Citroën llevó al máximo las cualidades “offroad” del 2CV con su versión Sahara. Si el modelo original había sido diseñado para circular por un patatal con una cesta de huevos en el asiento trasero sin romper ninguno, este vehículo garantizaba prestaciones en todos los terrenos gracias a su tracción total. Contaba con dos motores, situados bajo el capó y en el hueco del maletero. Las unidades producidas en Vigo se entregaron a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil.

En la parte alta del segmento, el Citroën C5 Aircross, representa una nueva manera de entender los SUV, abierta a las innovaciones más sostenibles con sus versiones Hybrid y Plug-In-Hybrid. Su extraordinaria modularidad permite configurar su interior de hasta 81 maneras diferentes, con el mayor maletero de la categoría.