España es un crisol de perfecciones, en el que su gente, su historia, su gastronomía y sus paisajes, forman parte del imaginario que cautiva. Uno de sus grandes atractivos es, sin duda, sus vinos, esos elixires líquidos que se han producido en sus viñedos desde hace cientos de años, con una calidad y sabor tan fascinantes que se encontraban entre los favoritos del antiguo Imperio Romano, y que en la actualidad son valorados entre los más finos.

Una de sus zonas significativas es Extremadura, un lugar de contrastes climáticos que son ideales para la siembra de cepas de Cabernet Sauvignon, Petit VerdotCabernet FrancMalbecTempranillo y Syrah. Con suelos pizarrosos y poco fértiles, ácidos y poco húmedos, con azotes de cambios de temperatura entre día y noche, resultaron ser las características ideales que buscaban Bodegas Habla para establecerse.

Fundadas en el 2000, el sueño ahora se compone de 200 hectáreas divididas en 42 parcelas, cada una enfocada en una de sus variedades de uvas, para producir vinos con una voz propia, vinos que trasmiten en cada gota la excelencia, la belleza y la emoción que genera contemplar una obra de arte, pues eso son, obras creadas bajo la filosofía de la libertad creativa de seguir su propio estilo. 

Con la distinción de ser diferentes desde sus inicios a las demás bodegas, su ideología es rodearse de talento que cree sabores y botellas únicas, que dejen una huella memorable en los consumidores, además del uso de métodos y técnicas modernas que les permitan llegar hasta donde su imaginación lo desee. 

Su elaboración se basa en una viticultura ecológica, libre de productos químicos y absolutamente selectiva. Para asegurar la calidad, en el viñedo se realiza una primera selección de la uva y por las noches en la bodega, se lleva una segunda, ambas totalmente manuales para garantizar una selección precisa. Después de esto, sigue la transformación de la fruta en la bebida más famosa y que ha fascinado a la humanidad desde cientos de años.

La bodega utiliza las tecnologías más modernas, como el análisis de los precursores aromáticos de la uva o la medida del carbono isotópico C-139, con lo que se logra el desarrollo de sus propias levaduras autóctonas, el conocimiento preciso de las plantas y la optimización del viñedo.Sus vinos nos hablan desde la historia que los vio nacer, desde el sueño que les dio vida, hablan de la esencia de su terruño, de todas las manos amorosas que intervienen en cada paso del proceso. Sin palabras, nos transmiten ideas y nos llenan de las sensaciones.

BODEGAS HABLA
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APASIONADA DEL BUEN VIVIR