Sin duda, Los Cabos hoy por hoy es el destino más cotizado de México gracias a la belleza de su entorno natural, un clima envidiable y la infraestructura ideal que permite al viajero más experimentado disfrutar a sus anchas una estancia ya sea breve, o tan prolongada según se su antojo.

Actualmente, el sector de la hospitalidad en el destino cuenta con un repertorio de propuestas de alojamiento que rebasa las expectativas en propiedades y servicios fuera de serie, y más aún, que compiten con los de sitios de playa más afamados alrededor del mundo. 

Sin embargo, el gran diferencial que lo hace un destino único es su imponente geografía entre dos costas majestuosas y vibrantes plagadas de sorprendente vida marina, como son el Océano Pacífico y el Mar de Cortés, convirtiéndose así en el mayor acuario natural al norte del hemisferio occidental.

Justo el corredor que comunica a Cabo San Lucas con San José del Cabo es el área que se conoce como Los Cabos y un hallazgo que ha llamado mi atención, debido al atractivo y la rotunda privacidad que limita el propio terreno es El Chileno, una de las mejores playas de la zona con una silueta particular bañada por aguas tranquilas que favorecen la natación y la práctica de algunos deportes acuáticos sin mayor complicación.

UNA JOYA DE COLECCIÓN
Enclavado en un extremo de esa hermosa playa se levanta Chileno Bay Resort & Residences, un complejo turístico y residencial que pronto se convirtió per sé en un destino dentro del propio destino, al que llega uno para quedarse sin querer moverse de allí bajo ningún pretexto.

Este hotel insignia de Auberge Resorts Collection, se distingue porque al llegar enseguida le envuelve a uno un cierto sabor latino y cosmopolita a la vez, que recrea un ambiente enfocado en resaltar la cultura local y fomentar la vibra social, dinámica y muy actual entre sus huéspedes, residentes y visitantes.

El servicio personalizado al máximo, con una respetuosa calidez y detalles de cortesía como carta de presentación y bienvenida, son la primera impresión que nos asegura que la estancia será más que placentera. El servicio de mayordomos personales siempre pendientes y sin ser invasivos, es algo que llama la atención durante toda la visita y nos hace sentir realmente mimados como en nuestra propia casa. 

En Chileno Bay las experiencias y la satisfacción plena de las mismas son lo que cuentan. La idea es que cada uno viva momentos únicos, inigualables e inolvidables, en eso residen las tendencias del nuevo concepto del lujo y allí se cumplen al pie de la letra y todavía aún más. 

Siempre hay campo para ofrecer un ‘plus’ y aunque un complemento fundamental como la gastronomía y la mixología en la actualidad son de una índole que por sí solas se cuecen aparte, en este hotel las expectativas en este sentido se superan por mucho, convirtiendo cada sesión en algo insólito, como detallaré más adelante.

COMODIDAD ANTES QUE NADA
Me cautivó el diseño y arquitectura inteligente; el interiorismo contemporáneo y el buen gusto, que dieron lugar a un estilo que respeta los elementos y materiales locales; los rasgos culturales y las tradiciones de la región, con el que fueron dotadas cada unidad de alojamiento con sus habitaciones, suites, villas y residencias de todo el complejo, que asoma y apuesta por las mejores vistas frente al Mar de Cortés.

Las habitaciones y suites sobresalen por sus espacios amplios desde 83 y hasta 195 m2 en su caso; las camas son King size o dobles tamaño Queen de máxima comodidad; ropa de cama confeccionadas en algodón fino; las duchas privadas exteriores, el mobiliario personalizado y obras de arte como parte del contexto; definitivamente son esos extras que nos encanta descubrir a todos. 

Las suites además cuentan con sala de estar independiente, alberca infinity y jacuzzi. El servicio de ama de llaves está disponible a diario.

Y más allá, 60 extra lujosas villas conforman las ‘joyas’ de la colección privada del Chileno Bay Resort, que van desde superficies flexibles de 307 a 1,020 m2 y capacidad de 1 a 6 habitaciones. Sus terrazas tienen vista al mar y cuentan con su propia alberca y jacuzzi privados. Amplias estancias, áreas de estar y cocinas equipadas con asador externo. 

DE TODO Y PARA TODOS
Entre los servicios generales y amenidades del hotel como huésped te sientes en amplia libertad de escoger tu spot y momento favorito, como asolearte junto a la alberca infinita de tres niveles y 138 metros de largo, o visitar el gimnasio que está equipadísimo con pesas y aparatos aeróbicos de alta tecnología para ejercitar el cuerpo y mantenerte en forma en su estudio de movimiento. 

Otra opción son las clases de casi todo para mantenerte fitness. Pueden ser yoga, pilates, TRX y spinning acuático. Los que amamos los deportes marinos definitivamente nuestra escala obligada es en la Cueva H2O un centro de actividades deportivas acuáticas en cortesía que te da acceso a equipos de snorkel, paddle boards y kayaks. Es un must imperdible.

Y por si fuera poco, los aficionados al golf se regocijan con su campo profesional de 18 hoyos par 72, diseñado por el célebre Tom Fazio, que es una delicia para el aficionado.  

El mayordomo personal también ayuda a organizar esas experiencias, excursiones y aventuras privadas a la medida que uno busca y marcan la diferencia para vivir unas vacaciones únicas. 

WELL, WELL, WELL
Pasamos al tema de THE WELL SPA, que con sus terapias innovadoras y menú de tratamientos enfocados a la salud holística y el wellness, invitan a probar de manera individual o en pareja en algunas de sus 10 cabinas, los masajes relajantes, las exfoliaciones, los faciales, la aromaterapia, la piscina de sensaciones, pozas de hidromasaje y reflexología; el sauna y las áreas de relajación. Asimismo, el salón de belleza y la barbería, son muy visitados.

Casi como capítulo aparte debo mencionar otro de los ‘platos fuertes’ de la experiencia integral: las soberbia y cautivadora gastronomía y mixología del resort. 

SOLO FOODIES & GOURMAND
Quiero comenzar por la gran sorpresa que me llevé al conocer el restaurante YAYA, mismo que a 2 años de distancia desde su exitosa apertura, se ha vuelto el spot favorito de los huéspedes y residentes locales para almuerzos y cenas de índole más casual y confortable. En lo personal me atrevo a decir que me sumo a esa misma lista. Me encantó su propuesta.

JOVEN Y TALENTOSA
La joven chef de cuisine mexicana Eliana Godínez, es originaria de la Ciudad de México y con estudios en gastronomía antes de unirse por varios años al equipo de cocina la Osteria Francescana con 3 estrellas Michelin del célebre Massimo Botura en Italia

Bajo sus lides, ella ha apostado por todo ese tiempo de aprendizaje, conocimiento y experiencia en aplicarlos al desarrollo del estilo de cocina del restaurante YAYA del Chileno Bay Resort, que hoy día destaca y es un referente de la cocina fusión entre los sabores mediterráneos, latinoamericanos y californianos, además ofrece dos menús de especialidades distintos, uno para almuerzo y otro para la cena.

La palabra YAYA es un sinónimo de abuela en otras culturas y sirvió de inspiración para rendir homenaje a ellas, con un rescate de sus recetas de cocina transmitidas por generaciones y que hacen recordar desde luego, tradiciones familiares, así como costumbres locales.

Allí, el color es uno de los elementos presentes en entradas, ensaladas y acompañamientos escogidos minuciosamente por la chef. De eso di fe y testimonio con un mezze a base de hoummus, muhammara y baba ghanoush, aderezado todo con crudités, procedentes de huertas orgánicas locales que me parecieron fuera de serie por su frescura y aspecto. No podía faltar la sopa de lentejas con sumac.

Textura, combinación de vegetales orgánicos locales y equilibrio en sabores, son logrados magistralmente por Eliana, a través de una armoniosa mezcla de ingredientes de excelsa calidad. Una magnífica fórmula para iniciar el almuerzo. Otro gran plato para la cena es el pollo rostizado estilo Moussakhan o la pesca del día; y de aplauso son las pastas muuuy italianas en sabor y concepto, así como su inconfundible postre con malvaviscos horneados.

DEL COMAL AL PLATO
Asimismo, COMAL ha sido por varios años el restaurante insignia del hotel y actualmente bajo la batuta en los fogones del sous chef ejecutivo Orli Del Angel, completa la experiencia gourmet con grandes honores y un estilo de cocina que representa y se inspira en un recorrido por las tradiciones y raíces culinarias latinoamericanas.

Hay platos célebres como un peruanísimo lomo saltado que en Comal se conoce más bien como barbacoa de wagyu y así sucesivamente nos encantó el tartar de atún con causa, de la barra de crudos, las almejas chocolatas frescas de la Baja, el aguachile de callo de hacha, las dobladitas a las brasas rellenas de Jamaica, el tiradito de kampachi con raíz fuerte, y desde luego, un arroz a la tumbada que se escribe aparte, en fin. 

Los postres también allí son golosos a cuál más, como su tradicional arroz con leche o el creme brulée de mantequilla de maní. 

¡PERO QUÉ TRAGOS! 
Y sobre la mixología y la colección de destilados en los restaurantes y bares del complejo, me tomaría horas enumerar las propuestas disponibles. 

Ya sea, en Yaya o en Comal, y aún en TNT el taco bar casi junto a la playa, la mixología juega un papel importante. De ahí que, la variedad de tragos de autor como en el Downstairs Bar, el más noctámbulo de todos, junto con el recorrido de los agaves empezando, por tequilas, mezcales, sotol y raicilla, son experiencias que no se pueden pasar por alto. En cada creación hay un porqué y toda una escuela a base de investigación y práctica de los expertos mixólogos del resort.   

SATISFACCIÓN TOTAL
Una vez cumplidos todos estos requisitos para hacer nuestra estancia de lo más placentera, me atrevo a decir que difícilmente puede uno no dejarse seducir ante tantos atributos del Chileno Bay Resort & Residences, que por derecho propio hoy se considera lo que podríamos decir, un ‘hotel destino’, por sí mismo.

CHILENO BAY RESORT & RESIDENCES
W. aubergeresorts.com

APASIONADO DEL BUEN VIVIR