Marcel Boulestin dijo: “La cocina no es química. Es un arte. Requiere instinto y gusto en lugar de medidas exactas.”
Este arte es explorado y perfeccionado en la cocina del nuevo y exquisito restaurante Piedra y Brasa Steakhouse. Un edén para los amates del arte culinario y de exquisitos cortes de carne: la esperada apertura de esta joya culinaria en Interlomas ya llegó. Tras el éxito de este excelente restaurante en Bosque Esmeralda, Piedra y Brasa abrió en el Centro Comercial Centtral.
Aquí, un fenomenal diseño mezcla elementos de naturaleza, piedra negra y luz natural para crear un ambiente sofisticado, relajado y seductor. El escenario de experiencias sensoriales únicas, el arte de la carne toma protagonismo y se apodera de nuestra total atención.
La cocina de Piedra y Brasa está enfocada en carnes y mariscos y utiliza parrilladas en horno de fuego directo a alta temperatura para resaltar plenamente las características y sabores únicos de los ingredientes. La experiencia culinaria aquí comienza con un dip de frijoles molcajeteados con queso y totopos de tortilla azul.
Disfrutando de un refrescante Aperol Spritz, me deleite con algunas de sus entradas estrellas, como el jugoso tuétano a la brasa con perejil y escamoles, el cual comemos en una tortilla de maíz hecha en casa, y gocé sumamente de los espárragos envueltos en carne con salsa dulce.
Entre sus entradas también nos encontramos con manjares como el queso flameado con trompo, la alcachofa al carbón y las almejas a la mantequilla. El horno español JOSPER es el arma secreta del restaurante, para integrar a la perfección los aromas del asado; el resultado son cortes cocinados a la perfección, servidos sobre una brasa caliente en la mesa donde continúa la cocción a nuestra elección.
En esta joya culinaria tuve el enorme placer de degustar dos diferentes tipos de carne, las cuales son presentadas a la mesa para nuestra elección: picaña prime y New York. De la mas alta calidad y acompañados de diversas salsas mexicanas, los cortes, aromatizados con romero, fueron un festín de sabores. Acompañé las cranes con unos ricos elotes tatemados y guacamole fresco. Para terminar con broche de oro disfruté del nutella crunch ice-cream cake; un pastel a base de helado con chocolate, crujiente, ligero y delicioso.
Piedra y Brasa es una oda al buen comer, buen beber y buen vivir, poniendo en alto la cocina de brasa. Sabor, calidad y pasión por la parrilla hacen de este espacio culinario un restaurante imperdible para los que somos amantes de la carne, cócteles que nos transportan a un paraíso de sabores, y un ambiente seductor.