Japón es uno de los destinos de viajes más deseados, gracias a su riqueza histórica, por su bella cultura y gastronomía, y por el contraste entre sus tradiciones y su modernidad, que lo ha llevado a ser líder mundial en tecnología. Dentro de sus ciudades, Tokio es apasionante y bulliciosa, un auténtico crisol donde se funden lo ultramoderno y lo tradicional, llevándonos a vivir días de constantes sorpresas.
Una de las grandes bellezas de la capital es el Jardín Chinzaso, conocido en sus inicios como la Colina de las Camelias, uno de los jardines más espectaculares del país, pues además de hermoso cuenta con una fascinante historia que se remonta al siglo XIV, funcionando como residencia de gobernantes feudales, hasta convertirse en el deslumbrante oasis urbano que se extiende desde el río Kanda hasta el Hotel Chinzaso Tokyo.
Tan fascinante como la historia del jardín, el Hotel Chinzanso Tokyo resguarda los atributos que nos fascinan de la cultura japonesa, desde la perfecta tranquilidad del jardín, donde además se encuentra la Pagoda Entsukaku construida a principios del siglo IX, hasta el amable y cálido servicio con el que miman a los huéspedes.
Así como las temporadas en nos regalan los cerezos en flor en primavera y alfombras de hojas en el otoño, el Hotel Chinzaso Tokyo nos deleita con su belleza incomparable, con sus atenciones y su deliciosa gastronomía, creando un impacto permanente en los sentidos y en la memoria.
Además del jardín, el Hotel Chinzanso Tokyo cuenta con un edificio de banquetes y la parte del hotel, donde se ubican sus 267 habitaciones, 38 salones para eventos, 6 capillas para bodas y 9 restaurantes, así como uno de los spa más grandes de Tokio. Los momentos en el hotel se planifican teniendo las vistas a los jardines como centro de atención, como en el restaurante Mokushundo de estilo Showa Era, y se especializa en la cocina kaiseki con la característica única de preparla a la parrilla sobre piedras de lava del Monte Fuji, con delicias como el Salmón asado y hojas de mizuna hervidas, vegetales y wasabi, o el Estofado de ternera aromatizado con hatcho miso y verduras de temporada.
En Ryotei Kinsui, de estilo Sukiya y donde también se prepara la auténtica cocina kaiseki, se tienen relajantes vistas al estanque Unkinchi, a las flores, a las luciérnagas y a los colores de las estaciones, además de que se escuchan las cascadas y los pájaros mientras se degustan platillos como el Pato asado con champiñones y pimiento sansho japonés, taro asado con erizo de mar, nueces de ginkgo y espiga de arroz, o pescado blanquillo al vapor con castañas, setas en salsa fécula de crisantemo y wasabi.
Como si viviéramos dentro de un cuento, la vida dentro del hotel es un coctel de delicias del que no nos cansamos de disfrutar. En YU, THE SPA los sentidos son mimados en su totalidad en su ambiente relajado, y en el que se disfrutan de los baños tradicionales japoneses Onsen y que utilizan agua traída directamente de Ito. El spa es el lugar idóneo para consentirnos con los tratamientos tradicionales que ofrece, logrando conectar la mente y el cuerpo en un estado de armonía. También cuenta con una piscina cubierta climatizada con techo retráctil, un baño de chorros, una sauna, gimnasio, una piscina al aire libre y una cascada.
Todas sus opciones de habitaciones son bellas y cómodas, con vistas fabulosas y un ambiente de comodidad total, con la opción en sus habitaciones y suites Prime para elegir la elegancia europea «Prime Classic» o la simplicidad japonesa «Prime Modern«. Con amenidades de L’Occitane, amplios espacios y las camas más cómodas, las noches y el ambiente en el hotel nos hacen trasladarnos a un lugar de ensoñaciones convertidas en realidad, donde el tiempo se detiene y se transforma en una idílica aventura.
Este santuario sensorial es miembro de Preferred Hotels & Resorts, una exclusiva cadena hotelera que representa a más de 650 hoteles, resorts y residencias independientes en 85 países. Hotel Chinzaso Tokyo representa la filosofía de lujo y tranquilidad que distingue a los hoteles de Preferred Hotels & Resorts en el mundo, cada uno de ellos ha sido cuidadosamente seleccionado para ser miembro por su capacidad de acariciarnos los sentidos y por convertir los placeres terrenales en algo celestial.