La línea recta en todas sus formas y acepciones conforman el hilo conductor de un estilo, un trazo, un rasgo que destaca en el diseño y formato de construcción que impuso el afamado arquitecto Javier Sordo Madaleno junto con su equipo en Solaz, A Luxury Collection Resort, Los Cabos.
Sin duda, representa una de las edificaciones más importantes que destaca en el corredor turístico del famoso destino bajacaliforniano, convertida en un lujoso hotel de imponente y contemporánea estructura, como pocos…
Me quedé extasiado al llegar al acceso principal del lobby con una imagen espectacular que solo podía reflejar amplitud, simetría y equilibrio con todo el contexto en el que me encontraba en ese momento.
No puedo dejar de mencionar, que voltear en cualquier dirección me dio una noción del gran trabajo realizado para fusionar varios complementos a partir de la arquitectura, el paisaje y el arte.
Por cierto, el hotel se engalana con una colección permanentemente expuesta por todos sus espacios interiores y exteriores de cerca de 400 obras del artista plástico César López Negrete.
En ese nivel se levanta el edificio principal compuesto por tres bloques superpuestos y subdivididos en dos niveles dentro de los cuales se extienden varias habitaciones del hotel. Ahí también se localiza el cruce de caminos entre las diversas áreas de consumo y andadores exteriores hacia los demás rincones y naves de alojamiento o el sendero que conduce directo a la playa.
Minuciosamente fue estudiado el terreno y su topografía natural para edificar tres terrazas curvas escalonadas de gran dimensión que albergan el grueso de las habitaciones y su distribución, incluyendo la circulación entre ellas, se planeó a manera de cañadas que funcionan como divisiones delineadas por una vegetación peculiar bajo proyecto de diseño paisajista en colaboración con el despacho Gabayet 101 Paisaje.
Para ello, se instalaron especies de plantas endémicas nativas en su mayoría que crecen en el entorno desértico de la región, dando por resultado una integración sólida entre la obra arquitectónica y el diseño paisajista que serpentea entre los andadores, pasajes, techados verdes, restaurantes, bares y áreas comunes.
Como huésped, la excelencia en el servicio se percibe de inmediato a través de infinidad de detalles, empezando con un registro express auxiliado por el mayordomo artesano o el concierge con status de Le Clef D’Or asignados, que están disponibles todo el tiempo para hacernos la estancia lo más eficiente y placentera posible.
Las habitaciones y suites, que después de una remodelación y adición de 21 nuevas de éstas hoy suman 145 en total, son sinónimo de confort, amplitud y un estilo particular que redefine la nueva manera de vivir o percibir el lujo.
El descanso profundo de antemano está garantizado desde la privacidad inminente que nos invita a ingresar a la habitación por un patio interior para encontrarnos con camas que pueden ser king o queen size, según sea el tipo de ocupación, que prácticamente abrazan a uno para consentir y relajar, haciéndonos difícil la idea de querer salir de ellas.
La alta tecnología también es un gran auxiliar instalado en cada habitación para controlar tanto los niveles de iluminación, como la música ambiental.
El baño cuenta con ducha interior y exterior para satisfacer cualquier capricho, así como un desfile de amenidades de tocador de firma, disponibles para completar nuestro aseo y arreglo personal con todo lo necesario.
La estantería y paneles están elaborados en maderas de huanacaxtle y ensambles con planchas de mármol en impecable armonía con el de los pisos y la definición marcada de un excelente gusto y diseño muy contemporáneo, conforme al concepto de lujo bajo los cánones de interiorismo actual.
Mientras tanto, en la amplia terraza pude disfrutar la espectacular vista al mar y también sumergirme en una refrescante alberca privada acompañado de mi bebida preferida, una copa de burbujeante champaña…
El complemento esencial definitivamente es la gastronomía, sin ésta la experiencia se sentiría vaga y poco merecedora en cuanto a nuestras más básicas expectativas. En Solaz, el talento, la creatividad y el conocimiento para saber hacer las cosas bien se reflejan en una propuesta culinaria más que destacada y dirigida por el chef ejecutivo Elihu Sepúlveda en siete diferentes oportunidades para disfrutar sabores y sensaciones únicas.
Empezamos por Mako Beach, el ‘it’ place junto a la playa donde todo mundo quiere estar, diseñado como un Airstream exclusivo que sirve cocina típica muy de la Baja, abogando mucho por la pesca de sustentabilidad y el empleo de ingredientes vegetales obtenidos en huertos orgánicosde productores locales. El ambiente está motivado por beats procedentes de un playlist inteligente ejecutado por el Dj de la casa y una atmósfera casual relajada y de goce máximo, donde también encuentra uno los spots playeros más instagrameables.
Por la noche este sitio se convierte en Mako Dinner Grill, ofreciendo cortes de carne curados, langostas y pescados fresquísimos directo del mar a la parrilla y de ahí a la mesa. Me parece una gran propuesta y más aún como yo que decidí ver la puesta de sol desde ahí antes de la cena disfrutando de alguno de sus cocteles de autor creado en colaboración con Licorería Limantour, uno de los mejores bares del mundo,
Otra magnífica opción para cenar es Riccio di Mare inspirado en las clásicas ‘osterias’ contemporáneas de atmósfera casual, que te invitan a gozar a tus anchas de platillos del norte de Italia con ese sabor tan auténtico que a todos fascina.
Por su parte Cascabel a la hora del desayuno comparte los sabores de México en su máxima expresión con variedad de platillos tradicionales de la región y fusión con recetas internacionales.
Sin embargo, la estrella de toda la experiencia culinaria del complejo es Al Pairo, el restaurante insignia con un concepto creado por el chef Martín Arellano que destaca con un desfile de platillos inspirados en varios orígenes que van desde lo asiático, a lo europeo, americano y latino, todos elaborados con lo más fresco y sostenible en ingredientes del mar y de la huerta a la mesa adquiridos de productores locales de Baja California. Me encantaron los camarones asados y
La Cava de Al Pairo a su vez, ofrece la oportunidad de poder gozar una cena exclusiva bajo reserva pues sólo cuenta con una mesa para seis comensales acompañada de vinos seleccionados minuciosamente y bajo curaduría del sommelier Ulises Barrios. Simultáneamente se pueden catar vinos de etiquetas Premium y admirar la puesta de sol a través de su amplio ventanal panorámico.
Justo adyacente al Spa Ojo de Liebre se localiza Foresta, otro spot muy visitado dentro del resort como complemento del patrimonio de bienestar que también es un elemento insigne del resort, pues es un bar que ofrece un menú a base de plantas y productos nutritivos traducidos en smoothies, jugos naturales hidratantes, desintoxicantes o energizantes, además de bowls y platillos frescos con vegetales orgánicos locales.
Y hablando del Spa Ojo de Liebre, vivir la experiencia de dejarse consentir allí es una máxima indulgencia que vale la pena sin lugar a duda, ya que es el único sitio wellness de toda la Baja que ofrece tratamientos de talasoterapia con piscinas de agua de mar y de agua dulce; productos extraídos del entorno marino; cámaras de crioterapia, aromaterapia y duchas de luz con cromaterapia; 12 salas para tratamientos y pozas de agua fría y caliente.
El toque fitness y de acondicionamiento físico está nada menos que resuelto con su moderno gimnasio dotado de tecnología Technogym y todo un estudio para practicar yoga y otras rutinas más.
En Solaz también puede uno descansar en tumbonas mientras se adquiere un bronceado perfecto al lado de las dos piscinas sin bordes que asoman al mar o practicar múltiples actividades y deportes acuáticos que están disponibles para los huéspedes.
Por si fuera poco, para los fans de la cultura y el conocimiento la galería o Gabinete ‘Del Barco’ es un museo adyacente casi a la entrada del lobby principal que puede ser visitado para admirar piezas únicas del pasado de etnias locales, vestigios óseos prehistóricos de la región, mapas, fotos y equipos antiguos de exploración que fueron recopilados por el explorador bajacaliforniano Miguel Del Barco. Casi flotando sobre todo el salón se exhibe colgado el esqueleto de una ballena gris de 13 metros de longitud como elemento y foco de atención principal. Justo enfrente, se localiza la boutique de lujodel hotel con artículos, accesorios, ropa de playa y joyería con un surtido cuidadosamente seleccionado para el visitante más exigente y conocedor. Por último, es digno de mencionar que los salones para eventos tienen gran capacidad y están ubicados en un área estratégica que armoniza totalmente con todo el conjunto arquitectónico.