La segunda apertura en el Reino Unido de la impresionante cadena hotelera Belmond (después de Le Manoir en Oxfordshire) es el Belmond Cadogan, en la bella Londres, es una reinvención de un clásico londinense, el cual se inauguró originalmente en 1887. 

Belmond Cadogan es el mágico resultado de una combinación de encanto británico clásico y elegancia contemporánea. Durante la renovación, los detalles de época del edificio se conservaron y se usaron como inspiración para gran parte del diseño del hotel, mientras que el arte contemporáneo y los elementos de diseño llevan al hotel al siglo XXI.

Cada momento de mi estancia en este oasis de lujo y placeres sensoriales fue una inmersión en lo más deleitoso de la capital de Inglaterra. Situado en la prestigiosa Sloane Street, este remanso de paz me sedujo con su excelencia y con los delicados detalles que vuelven cada rincón en un espacio nuevo que conocer, como los majestuoso baños de mármol blanco, las antiguas escaleras de madera, y las paredes repletas de libros de acero en honor a Oscar Wilde, quien se hospedó en el hotel.

Su restaurante, The LaLee, rinde homenaje a los viajes de una de las residentes más famosas de The Cadogan, la socialité de Chelsea Lillie Langtry. Reconocida por su belleza y encanto, tenía muchos admiradores; cuando viajaba, viajaba con estilo. El LaLee refleja sus gustos refinados en la cocina europea sofisticada. Desde un delicioso desayuno hasta un aperitivo al atardecer, The LaLee utiliza ingredientes frescos y recetas tradicionales de todo el continente.

En este encantador espacio en Chelsea, con su propia entrada, disfruté de una exquisita cena en la cual degusté spaghetti alle vongole, es decir espaguetis con almejas, y linguine Nerano con calabacín y parmesano. Entre sus manjares nos encontramos con platillos como un cóctel de gambas y bogavante, el sabroso bistec de falda con chalotes y papas fritas con salsa y el clásico francés: mejillones a la marinera con patatas fritas.

Cadogan Place Gardens, un elegante jardín con plantas ornamentales, extensos céspedes y canchas de tenis, se ha mantenido relativamente sin cambios desde que se diseñó en 1886. Hoy en día también cuenta con una selección de árboles impresionantes, que se suman a la sensación de privacidad y exclusividad para los huéspedes del Belmond

BELMOND THE CADOGAN
W. belmond.com/thecadogan/

APASIONADA DEL BUEN VIVIR