Día de Muertos en Hacienda Lagunillas
Una soberana propiedad del Siglo XVII como la Hacienda Lagunillas en las inmediaciones de Querétaro, no podía pasar por alto una celebración puntual tan esperada como es el Día de Muertos.
Respetando las tradiciones y costumbres de nuestro México al rendir honores a los que se nos adelantaron, el grupo de anfitriones de la hacienda con Laura Herrera, Rodrigo Velázquez y William Cáceres a la cabeza, ofrecieron la primera edición de un festival de luces y colores creado allí para la ocasión, con apoyo de Hedoné Experience by Lincoln y la Galería Oscar Román.
El arte, la gastronomía, la mixología, destilados y bebidas de la región aunados al espectáculo, la moda, la fantasía, la narrativa, la imaginación y hasta la pirotecnia, fueron elementos clave para delinear este festejo y recreación de una de las fechas más tradicionales que resaltan rasgos de la mexicanidad a través de viva expresión.
Hubo una variedad de atracciones temáticas que incluyeron desde una feria popular con barra de destilados y cervezas artesanales; antojitos mexicanos, venta de artesanía y motivos de la fecha; presentación del libro de Catrinas de Sofía García Lourdes, exposición de pintura y un espectacular altar de muertos enmarcando la escena.
Por otra parte, se llevó a cabo una comida conmemorativa con gastronomía regional, este año dedicada a la cocina del Día de Muertos propia del Estado de Yucatán. Sirvieron Codzitos con salsa de tomate y queso sopero; la Sopa de Lima con gallina y tiritas tostadas; el Mucbipollo Hanal Pixan que es una especie de tamal de masa de maíz con salsa de tomate y pollo, bañado en kol con achiote cocinado en hoja de plátano y Tarta de calabaza en tacha con miel de piloncillo.
Durante el almuerzo se presentó la historia inmersiva ‘De Brujas y Alebrijes’ y más tarde al final de la tarde se llevó a cabo una subasta de arte dirigida por el galerista Oscar Román, así como la pasarela de Catrinas Contemporáneas y Diosas Prehispánicas y el recorrido Noche de Leyendas con una caminata que culminó con fogata en el viñedo particular.
Expresiones de júbilo, música mexicana y lluvia de fuegos artificiales y efectos especiales, cerraron con broche de oro la experiencia para halagar a los muertos en su día.