Cómo Preparar un Buen Café

La mejor taza de café es la que se prepara con el grano que más te gusta, con el sabor y aroma que tú identificas como bueno. Sin embargo, una de las elaboraciones más difíciles es probablemente la de una simple y sencilla taza de café. Son solo dos ingredientes, pero si uno falla, el resultado puede ser nefasto. Por supuesto, también influye, y mucho, la mano del que lo prepara, así como su experiencia.

Todo comienza con una buena selección del grano. Este debe tener un buen tostado y estar bien conservado. No es recomendable comprarlo ya molido ya que puede perder gran parte de sus aromas.

Muchos prefieren el café mono-varietal, es decir de una solo variedad, sin mezclas con otras variedades.  Yo, personalmente, prefiero una buena mezcla, aquella que al contener más de una variedad tiene un equilibrio entre la acides y la fuerza, también un equilibrio entre sabor y aroma…También he probado unas mezclas con un porciento de torrefacto que son excelentes aunque hoy en día es casi un delito reconocerlo.

La molienda, poco antes de confeccionar el café es muy importante, al igual que molerlo de forma correcta en cuanto al grosor. Muy fino puede que no fluya el agua caliente, muy grueso, no sacará el suficiente extracto del grano molido.

Es fundamental que la temperatura del agua, esté cerca de los 99ºC, ya que así se podrán extraer los aromas y néctares del polvo. Si la temperatura es más alta puede volatilizar los aromas antes de llegar a la taza y degradar los componentes que aportan el sabor; y si es más baja, no extraerá nada y el resultado será, agua sucia.

La forma de colar el café, en cafetera italiana, en embudo con filtro de papel, por decantación, con sifón japonés u otras, puede mejorar o empeorar el resultado. Y aunque son muchos los tipos de elaboraciones de café, como el tipo americano, expreso, cortado, manchado, carajillo, con leche, late, capuccino….la destreza siempre será fundamental para un buen resultado final.

El recipiente de servicio o vajilla, es fundamental en el resultado final, ya que si la vajilla mantiene la temperatura, el tacto es agradable, y en los labios es cómoda, vamos bien encaminados.

Factores psicológicos, si el cartel dice cafetería, ya nos sentimos en el lugar indicado para tomar un café, si el aroma del local es de café, ya estamos seguros de tomar ese café que deseamos, el ruido de la cafetera y el tintineo de las cucharillas te hacen salivar, solo falta degustar ese néctar de los dioses.

Las variedades del cafeto (planta de café) y las zonas geográficas donde se cultivan son decisivas en el sabor de esa taza de café que te revive en la mañana. El cafeto se cultiva en zonas tropicales y subtropicales, es cultivo de sombra, lo que quiere decir que se cultiva debajo de árboles mucho más grandes que ellas. Las variedades de cafeto más conocidas son Arábica, Robusta, Kenya, Java…

Los granos de café se clasifican según su tamaño en estándar, extra y caracolillo (este último es pequeño y retorcido) el destino será según esta clasificación, para vender entero tostado o crudo, para moler un mono varietal y para moler y mezclar. Los granos se despulpan, se secan al aire libre, pero no al sol directo, lo que resulta una fermentación antes de quedar del todo seco, luego se descascarillan y se llevan a tostar.

El tostado perfecto se realiza en unos recipientes de cobre, con calor indirecto de maderas en combustión y en constante movimiento. Si las maderas son aromáticas pueden colaborar a un aroma final más agradable, la intensidad del tostado también influye en que caramelicen los granos. En el caso de los torrefactos se le agrega azúcar al final del tostado.

Finalmente, para la compra tenemos que tener en cuenta que las marcas conocidas y de toda la vida, generalmente son una buena mezcla de granos, y que los granos que se venden con nombre propio, son mono-varietales. ¡Que disfruten!