El Arte de la Mesa
La vida es un buffet y la gastronomía su reflejo, y con la suma de pequeños detalles la podemos convertir en un gran festín. Para hacerlo con estilo, una mesa bien servida es, además de atractiva y acogedora, una invitación para gozar de agradable compañía y darle un toque especial a los platillos.
Sabemos que una comida es deliciosa no sólo por su sabor, sino porque nos hace sentir bien con quienes la compartimos. Hay que imaginarla como una obra de arte, donde cada ingrediente y cada elemento juega un papel importante, desde los sabores, aromas y texturas de los alimentos, hasta su armonización con los colores y formas de la vajilla en la que se sirven.
Las vajillas, las copas y los cubiertos, son aliados indispensables para triunfar al momento de presentar una comida o una cena. Rosenthal es el nombre de las vajillas alemanas de fina porcelana, y que durante más de sus 130 años de historia se han distinguido por sus piezas estilizadas y elegantes en las que se funden con armonía la tradición y la modernidad. Desde sus inicios, las vajillas Rosenthal han sido decoradas por más 150 grandes artistas, diseñadores y arquitectos de todo el mundo, regalándonos vajillas de formas delicadas y diseños tan variados como nuestra imaginación, y que transmiten una elegancia atemporal que habla de tradición y modernidad. Sus diseños artísticos únicos, que incluso se pueden personalizar al gusto de cada cliente, embellecen las mesas más elegantes.
La cubertería de Arthur Krupp, le da un estilo de elegancia y sofisticación tanto a la mesa como a los anfitriones. Clásicos y elegantes, vintage, modernos o refinados, los estilos de sus colecciones satisfacen los gustos más exigentes. En su colección Vintage, se emplean técnicas especiales para lograr un acabado fino, logrando un efecto desgastado que le da un toque, irónicamente, muy contemporáneo al diseño de la mesa. Otro toque es el terminado Antiguo, que puede personalizarse para cada cliente, dándole a los cubiertos una textura especial, y con un color nostálgico al acero.
Saber de vinos es una habilidad muy apreciada, pero saber de copas es garantía de ganarse la admiración de los otros. Detrás del placer sensual de tomar vino, están las copas Riedel, las primeras que asombraron al mundo con sus diseños específicos para cada tipo de uva. Para lograrlo, la compañía austriaca se basó en los resultados de exhaustivas investigaciones sobre la anatomía humana, y en el maravilloso proceso que existe detrás de la producción de una botella de vino.
Las copas Riedel están diseñadas para despertar los sentidos y prestar atención a la manera en que reaccionan ante las caricias de los taninos. Mientras el vino recorre la boca, se inicia un viaje de descubrimiento de sensaciones en armonía con la comida, en tanto que la perfecta transparencia de su cristal nos permite admirar los colores y aromas del vino.
Además de los platillo, el vino es uno de los invitados de honor en las comidas, y por eso hay que mantenerlos dentro de cavas para que se conserven sus cualidades, al controlar la temperatura estable y humedad. Lo ideal es tener una variedad de vinos blancos, rosados, tintos, espumosos, de diferentes bodegas, añadas y uvas, listos para ser parte de la combinación de placeres sensoriales que nos ofrece una buena comida.
Deby Beard
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