
Carme Ruscalleda Se Va, Sin Irse
Carme Ruscalleda, la cocinera con más estrellas Michelin del mundo y que cerró su restaurante Sant Pau (Barcelona) el año pasado, fue una de las grandes protagonistas en San Sebastian Gastronomika 19. En esta ocasión, la catalana recibió el Premio Homenaje del congreso, con palabras de chefs de la talla de Andoni Luis Aduriz, Josean Alija, Hilario Arbelaitz, Juan Mari Arzak, Eneko Atxa, Martín Berasategui, Roser Torras, o de Joan Roca y Ramón Roteta, palabras que podríamos resumir en la frase de Pedro Subijana: “una mujer de la que todos hemos aprendido.
Al mismo tiempo, el comité técnico inauguraba la 21 edición de un congreso que conmemora la primera circunnavegación mundial a cargo de Juan Sebastián Elkano. Por ello así lo hizo el comité técnico antes de desvelar la sorpresa dulce de Cacao Barry con la que inauguraba el congreso, un postre de chocolate de dos metros y medio con el dibujo de la vuelta al mundo de Elkano. Subijana brindaba por el congreso, y por Carme, “una de las mejores cocineros del mundo”.
Durante el homenaje, la chef catalana apenas pudo contener las lágrimas, hasta que subió al escenario su hijo y chef de Moments** (Barcelona), Raül Balam, quien ha agradecido “por encima de todo el apoyo de la madre. ¡Visca la mare que em va parir!”, dijo ehn catalán. También subía su marido, Toni Balam, quien le recriminaba no parar: “Me quería jubilar (con el cierre de Sant Pau), pero no ha sido así… Es incansable”.
Sin embargo, la chef Ruscalleda está lejos de retirarse, “Sí, seguimos trabajando. Somos afortunados por ello, por compartir revolución y sueños, también por tener competencia”. “Debemos seguir defendiendo el respeto por el producto, por el staff, por nuestro público, también por el valor femenino de la gastronomía. El futuro está en nuestras manos”. “Ahora, no obstante, nos toca reinventarnos. Hoy, la experiencia gastronómica es más tecnológica, es online. Debemos adaptarnos, también para conciliar horarios laborales y personales”. La catalana, de 67 años, se despedía sin hacerlo: “Como decía Joaquin Sabina, ahora que me despido, pero me quedo. Muchas gracias”.