La Elegancia y el Refinamiento del Coñac Hennessy
El coñac es una bebida cautivadora y símbolo de estatus del buen beber. Como varias cosas en esta vida, hoy existe gracias a lo que algunos llamarían una mera casualidad, otros, como una atinada combinación de factores en el momento adecuado.
«Su forma permite que destaque su perfume a avellana, vainilla y especias, además de que acaricia la boca con su robustez y generosos toques de cacao».
A principios del siglo XVII cuando la forma de comercio era mediante las rutas marítimas, hizo que los vinos franceses, que eran secos y afrutados, eran sometidos a temperaturas extremadamente cálidas durante los viajes, por lo que quedaban arruinados para su consumo ordinario.
Eran tantas las botellas dañadas que la preocupación por las pérdidas, impulsó a los vitivinicultores a que pusieran en práctica su ingenio y creatividad. Su plan fue destilar los vinos como un intento para que no se arruinaran, pero en su lugar se obtuvo un aguardiente que hasta el momento era desconocido, y que guardaban en barricas de roble para esperar el momento de embarcarlos en la siguiente temporada. De pronto se volvían sedosos y se tornaban agradables, simplemente eran diferentes, y pasaron de ser vinos en rescate a una bebida celestial.
Actualmente, el coñac es símbolo de elegancia y refinamiento y su más alto representante es el coñac Hennessy. Al estar creado con una base de mezclas de hasta 200 años, es un placer que es tan que no distingue tiempos, y en cada sorbo nos transmite buen gusto y la pasión por lo que está bien hecho. Al igual que los grandes vinos, el coñac está protegido por su Denominación de Origen Controlada Coñac.
El resultado de las destilaciones enseñó a los productores que el añejamiento prolongado deriva en un sabor de mayor intensidad, pero hay que saber que sólo envejece mientras permanece en barrica, una vez que se transfiere a botella el proceso se detiene. Este gran coñac se produce con una selección de la mezcla de vinos o de crus, que se añejan en 300,000 barricas de robles centenarios franceses.
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Este proceso le da su balance perfecto entre cuerpo y sabor, que es una experiencia gratificante y seductora. Las edades del coñac se clasifican con base en el sistema creado por Hennessy y se identifican por ser abreviaturas inglesas de las denominaciones tradicionales V.S., V.S.O.P., Fine de Cognac, X.O. o Paradis, y para gustos más exigentes y conocedores hay también algunas ediciones limitadas de las mismas.
Para beberlo y disfrutar todo su potencial, se sirve en la copa Riedel coñac, bellamente diseñada para descubrir sus aromas y sabores tan característicos al tiempo que se minimiza la sensación del alcohol en la boca. Su forma permite que destaque su perfume a avellana, vainilla y especias, además de que acaricia la boca con su robustez y generosos toques de cacao.
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