
Joyas de Guanajuato
Guanajuato es una ciudad de leyendas y lugares legendarios. Uno de los más conocidos es el famoso Callejón del Beso, un callejón tan estrecho que las parejas pueden besarse desde balcones opuestos.
Guanajuato nos recuerda nuestras raíces a través de su legado virreinal y de las historias que se han escrito en sus calles. Para los aficionados a la historia, el recorrido por los dieciséis lugares estratégicos para conocer el proceso que ha definido a Guanajuato como Cuna de la independencia, abarcan desde Pénjamo, Dolores Hidalgo y San Miguel de Allende, reconocida como la mejor ciudad para visitar de acuerdo a Condé Nast Traveler en el año 2013.
La ciudad de Guanajuato es una de las mil maravillas que alberga el estado de Guanajuato.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, Guanajuato es una encantadora ciudad colonial situada en un pintoresco valle rodeado por las montañas de la Sierra de Guanajuato. Guanajuato es apodada «el lugar de ranas» porque la forma de su terreno montañoso se dice que se recordó a una rana a los primeros habitantes de la ciudad. La región es conocida como el Bajío, o corazón de México.
Otra joya del estado de Guanajuato, San Miguel de Allende es un gran compendio de elegancia cultural y arquitectónica, es personalidad contrastante y seductora, es armonía sensible de majestuoso pasado y belleza edificada.
Una inovadora propuesta hotelera, La Santísima Trinidad se encuentra entre dos pueblos mágicos, a solo 15 minutos de San Miguel de Allende en dirección a Dolores Hidalgo, Guanajuato. Fusiona un concepto arquitectónico y de paisajismo excepcional con la mejor tecnología enológica usada para obtener vinos de extraordinaria calidad.
Con una vista panorámica de campos de lavanda, olivos y situada entre viñedos, su vinícola es un lugar sobresaliente en donde se ofrece una experiencia única para disfrutar, aprender y relajarse contemplando un maravilloso paisaje. Este magnífico y bello hotel es una edificación de sofisticación y exquisitez.
Rancho San Lucas es el segundo hotel que se abrió de la Santísima Trinidad, donde los huéspedes nos encontramos rodeados de naturaleza pura, viñedos y lagos artificiales. Su arquitectura de estilo Toscano me regresó a los pequeños pueblos perdidos entre los viñedos de Italia.
Con un concepto basado en detalles y en servicio personalizado, el Rancho San Lucas es un paraíso para quienes se quieren alejar del ajetreo y realidad de la Ciudad de México, ofreciendo un espacio de paz y silencio dentro de un entorno encantador.