Calle Laurel, La Calle de las Tapas en Logroño

En la mayoría de las grandes ciudades del mundo existe al menos una calle en la que se aglutinan restaurantes y bares dando oportunidad a los visitantes de escoger entre una gran variedad de estilos de comida, vinos y cervezas. En España esto es muy común y en ocasiones hay más de una. Sin embargo, una de las más emblemáticas es sin duda la calle Laurel, todo un paraíso para el amante de la tapa y el chato de vino.

En la calle Laurel, ubicada en Logroño, capital de La Rioja, no sólo es el vino el protagonista, sino también la gastronomía riojana, pudiendo encontrar desde lo mas clásico hasta tapas de diseño. Laurel es una calle cerrada exclusiva para peatones de cerca de 200 metros de largo, en la que hay más de cuarenta bares y restaurantes. Su cercanía al Centro Histórico le da una gran vida ya que está cerca de todo. Se puede acceder por la calle Albornoz, Capitán Gallarza, San Agustín o por el Paseo del Espolón, calles en las que ya podemos encontrar una buena oferta para tapeo.

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Las tapas varían según la temporada. Los cocineros que dan vida a estas tapas, buscan siempre ofrecer el producto más fresco, dando prioridad a ingredientes locales como champiñones, chorizos, alubias, caparrones o pimientos del Piquillo de Lodasa. Así, podemos encontrar creaciones increíbles como champiñones a la plancha, pinchos moruños, la típica tortilla de patatas, oreja de cerdo o las patatas bravas.

La calle Laurel está en una de las zonas más antiguas de Logroño, ahí estaban regidas las antiguas murallas que fueron demolidas en 1862. A esta zona de pinchos se las conoce como «La Senda de los Elefantes», porque según cuentan, todo el que entra sale con “trompa y a cuatro patas”. Algunos lugares que son obligados son el Blanco y Negro, Laurus, La Taberna del Tío Blas que prepara un pincho moruno de carne adobada o el Bar Soriano especializado en champiñones a la plancha, aliñados con ajoaceite, que es una salsa de ajo con aceite de oliva. Para el que busca algo un poco más elaborado, el restaurante Iruña del chef Carlos Martínez es una muy buena opción.

 

Las tapas varían según la temporada. Los cocineros que dan vida a estas tapas, buscan siempre ofrecer el producto más fresco, dando prioridad a ingredientes locales como champiñones, chorizos, carne, caparrones o pimientos del Piquillo de Lodasa.

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